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Frente a la pregunta ¿Cuáles son los desafíos y cómo cambiar las cosas para que se dé una mejor participación para las mujeres en la ciudad? Se reflexiona de manera colectiva y por grupos se dan algunas opiniones. Dentro de este ejercicio surge en uno de los grupos de trabajo la idea de que las mujeres sean escuchadas, ya que históricamente su voz no ha sido considerada para muchos aspectos de su vida social y política, entre otros.  

 

De este modo, recordando la vida en el campo y la cotidianidad de la vereda, de la ruralidad donde llegan las noticias, razones y convocatorias a través de la radio, se recrea la emisora de uno de los pueblos que habitaba Elicenia García, recuerda de niña que se llamaba “Ecos, con otro apellido, pero recuerdo el eco porque se escucha de lejos. Entonces dijimos que sea Ecos de las mujeres porque somos las que estamos aquí y de alguna forma todavía estamos buscando que nos escuchen”. 

 

La potencia de la herramienta que utilizan, las posiciona en el pasado, presente y futuro para dar su punto de vista frente a problemáticas que padecen las mujeres, pero también les aporta a la fuerza que ya tienen para imaginar y buscar soluciones, sólo que les pone el micrófono a todas, cada una pasa por este aparato y con la capacidad y a la vez temor que les da, alzan su voz. 

 

De este modo, presentamos Ecos de las mujeres, lo que podría ser la primera serie de un programa radial que ya se imaginan las protagonistas de este proceso, que se escuche la voz, que se replique la voz de las mujeres.  

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